Cualquier alfabeto sufre modificaciones a lo largo de los tiempos por el
empleo que de él hacen sus usuarios. Ello es especialmente claro
respecto al número de caracteres y de las marcas diacríticas que
necesita, como los acentos, tildes o puntos y que combina con los ya
existentes para expresar las modificaciones de los sonidos a través de
los tiempos. Por ejemplo la letra c en francés, portugués y turco
se combina con una marca diacrítica que se llama cedilla ç para
representar una s predorsal sorda ante a, o, en
portugués y francés. También existió en español pero hoy ha desaparecido
la letra porque no existe el sonido; en tanto que en turco la ç
tiene un sonido próximo a la ch del español, combinación que se
emplea en español a partir del siglo XV para el sonido /ch/ alveolar
africado sordo. La letra ñ es una combinación surgida de la
escritura cursiva en la edad media como abreviatura de dos nn
seguidas, que representaban el sonido que hoy tiene esa letra. Otras
lenguas mantienen para ese mismo sonido otras escrituras diferentes,
como ny para el catalán y provenzal, nh para el gallego y
el portugués, gn para el francés, italiano e inglés, por citar
algunos casos próximos al español. No siempre la misma letra representa
el mismo sonido, pues aunque los alfabetos tengan el mismo origen (el
romano en el caso de los ejemplos que acaban de citarse), las lenguas
han evolucionado en su uso oral más rápidamente que en la escritura
puesto que ésta es más conservadora.
Las divergencias profundas entre la lengua escrita y la oral han
impulsado en muchos casos la reforma de la escritura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario