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miércoles, 12 de septiembre de 2012

"L"


L1. f. Duodécima letra del abecedario español, y duodécima del orden latino internacional, que representa un fonema consonántico lateral y alveolar. Su nombre es ele.

2. f. Letra numeral que tiene el valor de 50 en la numeración romana.

Representa un sonido de articulación ápico-alveolar, lateral, fricativa y sonora.

Paleografía. La letra l del alfabeto latino corresponde gráficamente á la lambda griega arcaica, anterior á la época en que ya afecta la forma o disposición que se ve en las inscripciones clásicas, y ésta , á su vez, había tomado su representación de la letra lamed fenicia, que, á su vez, derivaba de un signo de la escritura hierática egipcia. Su origen se encuentra en un signo de la escritura jeroglífica que en los antiguos monumentos egipcios representaba una leona (labo), signo que, por ser en la escritura la inicial del nombre que representaba, tuvo valor de l. Pasó de la escritura jeroglífica á la hierática y la demótica, transformándose, como ocurría con los otros signos hasta perder su semejanza con la representación simbólica.
Al pasar á la escritura fenicia se redujo á dos trazos formando gancho ó aguijón ( y de aquí su nombre lamed), derivándose de este signo las diversas formas que tomó de la escritura hebrea, samaritana, aramea, zend, árabe, etc.
En la escritura griega uncial el rasgo menor aparece á la izquierda del menor, uniéndose á él oblicuamente hacia el medio, y en la capital ambos rasgos, de igual longitud, se junta en la parte superior formando una especie de V invertida de nuestra escritura.
En el copto, ulfilano y ruso se redondearon algo los trazos rectilíneos, perpetuándose sin cambios á través de la Edad Media.
La L mayúscula en los manuscritos españoles del siglo V al XV es la misma latina ó presenta la forma de un número 2, debido á la curvatura del trazo vertical de la parte superior. La influencia italiana hace que desde el siglo XVI se modifique la L en su trazo de arranque y en el de unión con el inferior, presentando dos ojos caligráficos, que facilitan su trazo y evitan su rigidez de línea.
Del siglo V al XII la l minúscula presenta en los dos manuscritos españoles la forma de la latina, redondeándose después el trazo vertical.

Esta letra ha variado relativamente poco del egipcio al griego. En latín, en las escrituras efectuadas sobre cera, se observa una forma parecida a la lambda griega minúscula.

Fonética. La letra L pertenece al grupo de las consonantes sonoras líquidas, linguales ó semivocales. Esta letra, cuyo sonido es igual en todas las lenguas, se pronuncia aplicando la punta de la lengua al reborde alveolar de la mandíbula superior y la parte anterior de la bóveda palativa, y una vez dispuesto en esta forma el aparato vocal, retirando con prontitud la lengua, con lo cual la corriente de aire pasa por ambos lados, entre los molares anteriores, y haciendo vibrar los bordes de la lengua. El sonido de la l se confunde frecuentemente con el de la r, por producirse los dos de una manera análoga, y se cambian y substituyen con gran facilidad, y este cambio ó permuta de las dos letras se encuentra, no sólo en la lengua vulgar, sino también en el erudito.
Una circunstancia digna de tener en cuenta es la de que los niños que empiezan á hablar substituyen la l á la r. Este hecho, llamado lambdacismo en los adultos cuyo órganos vocales son defectuosos, indican que el sonido l es el estado débil del sonido r, y que ha debido producirse ne las mismas circunstancias que han dado origen, en el curso de la evolución fonética del lenguaje, á la debilitación de los otros sonidos vocales ó consonantes.

La L española se articula apoyando la punta de la lengua contra los alvéolos de los incisivos superiores y dejando, a uno o ambos lados de la boca, una abertura por donde se escapa el aire. En posición final de sílaba, adopta el punto de articulación de la consonante siguiente; de este modo se convierte en dental ante t y d, en interdental ante z y ce o ci, y en palatal ante ch, ñ, etc. En la pronunciación relajada se articula una L débil, sin formar contacto completo con los alvéolos, que, en algunas regiones, se confunde con facilidad con la r relajada.

reglas de transcripción grafema-fonema «Antonio Ríos Mestre - La Transcripción Fonética Automática del Diccionario Electrónico de Formas Simples Flexivas del Español: Estudio Fonológico en el Léxico - Volumen 4 (1999) »

El grafema l representa a la lateral alveolar /l/ excepto cuando forma parte del dígrafo ll, representación de la lateral palatal //. Puesto que los signos ortográfico y fonético usados en la representación de la lateral alveolar coinciden, no es necesaria ninguna regla para la transcripción de este fonema; sí, en cambio, para la transcripción de la lateral palatal // a partir del dígrafo ll.

Ejemplificamos con este grupo grafemático la transcripción de los dígrafos cuando describimos los tipos de reglas usadas en el sistema (cf. supra, § 3.3.2). Se necesita una regla que transforme una de las eles en el carácter de la representación mediante signos fonéticos; tomamos como foco el primer elemento del dígrafo (Regla {l = L}). Una segunda regla elidirá la segunda ele (Regla {l = Ø}).

Regla 12 : l = L (primera versión)

Regla 13 : l = Ø

La formulación de estas dos reglas es contradictoria, como ya explicamos. Ambas se refieren a los mismos contextos de entrada, pero tienen salidas diferentes: en la Regla 12, el contexto no especificado anterior al foco incluye también l, como en la Regla 13, y el contexto no especificado posterior al foco en la Regla 13 también incluye l, como en la Regla 12. Para evitar el solapamiento negamos la aplicación de la Regla {l = L} en el contexto precedente al foco cuando éste es l. La versión definitiva es:  Regla 12 : l = L

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